Un análisis desde adentro.
Los terremotos, los huracanes, las tempestades, todo viene desde muy, muy afuera, y no podemos hacer nada para detenerlos Lo único que se puede hacer es reforzar los muros de su casa para que no se destruya.
Así es este tipo de cosas, viene sin avisar, si su casa es débil, se cae.
Como seres humanos, podemos imitar a la naturaleza, y por ejemplo, arrojar bombas y provocar terremotos. Y eso sí está en nuestras manos.
Hace una semana, un terremoto sacudió los alrededores, aunque tuvo magnitud suficiente para falsear los terrenos, no fue sino hasta que llegaron las réplicas que se puso a prueba la resistencia de las tiendas, de las trincheras, donde cada escuadrón se ocultaba de la guerra que se desarrolla.
Cada réplica afectó de una forma distinta las tiendas, la bestia, que hasta ahora permanecía dormida, despertó. Con más furia que nuca.
Las estrategias tienen que ser repensadas, la bomba ha estallado y no se puede pretender que no pasa nada.
El piso se movió por igual, y todos se vieron afectados, si pasaron desapercibidos el terremoto, las réplicas se encargaron de moverlo.
La batalla cambió, la guerra es otra, la defensa no iba a soportar para siempre, había que atacar.
Todos esperaban lo mismo, el disparo de la discordia, el pitazo inicial que puso a todos a jugar.
La partida comenzó, los oponentes, que hasta el momento sólo veían las fichas del oponente, empezaron a mover las fichas, todos mueven, uno por uno, precipitados, lanzan la ofensiva, descuidando los flancos.
Tan fuertes como vulnerables. “Un guerrero es tan fuerte como su punto más débil”.
Cuáles son las probabilidades de que una bomba caiga e el mismo lugar, cuáles son las posibilidades de hayan bombas más poderosas.
El punto es que la cabeza fría es lo más importante en los juegos de estrategia, y si hacemos las cosas al calor de la situación terminamos haciendo lo más predecible, lo más fácil, lo peor.
Y es que parecía que los jugadores estaban dormidos, que la pólvora estaba mojada y que todas las expectativas se iban a quedar así, como expectativas de un futuro que cada vez se hacía más imposible.
El detonante, tuvo que ser externo, ¡qué vergüenza!, tuvo que venir desde muy afuera la bomba, tuvo que interceder alguien ajeno al conflicto para despertar a los combatientes, que plácidamente dormían.
Alarmados todos. Inesperado, confuso, polémico. Y es que cuando un gobierno con poder para actuar lo hace, no pregunta, no avisa, sólo lo hace.
Algunos cambios se notan, otros, tratan de fingir que todo sigue igual. Pero cambiar el esquema y seguir esperando tampoco sirve señores y señoras. Y atacar siempre es una opción, y de frente no es la única forma de atacar.
“Si recortan la cabeza, el cuerpo muere”, pero si cada miembro es una cabeza el cuerpo es inmortal. Cuidado, porque a veces tienden a comerse sus propios brazos, y ¿si un brazo estorba?
La cabeza piensa y los brazos se mueven, pero existen reflejos, involuntarios, que hacen cosas que la cabeza no pensó, y que pueden accidentalmente derribar su propio rey.
Ahora todos están alerta, y eso es lo mejor que puede pasar, Cada uno se movió para sobrevivir, por instinto, pero ahora tos saben qué pueden hacer y cómo lo pueden hacer.
lunes, 5 de octubre de 2009
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